SOÑE CON HERMIONE_cap 17

CAPITULO 17: “SOSPECHAS”

Un señor con canas muy leves en el cabello pero aun dejando ver su color castaño original, bajaba la estrecha escalera con cuidado concentrándose en no caer, iba levantando la mirada lentamente reconociendo cada uno de los rostros en dicha habitación, hasta que vio a la persona que más le interesaba, su pequeña castañita.

-Princesita! Cariño mío te extrañé demasiado hija preciosa. – el señor sujetaba entre sus brazos a su hija ella lo abrazaba y lloraba de felicidad mientras su madre sobaba su cabeza y miraba la cara de ilusión que tenía su esposo.  

-Padre… yo también, muchísimo – se separó y lo miro a los ojos, miro a su madre también y le dijo – saben estoy muy feliz porque ustedes están aquí…cerca de mí, eso me hace muy feliz! Y bueno mientras que ustedes no estaban pues aquí encontré una gran familia… - todos miraban atentos la escena, Ron seguía sentado en una banquita escondiéndose entre las faldas de su madre.- Si! La señora Molly ha sido como una protectora para mí, casi hasta una segunda madre, me da vergüenza decirlo, pero así lo quiere ella y me siento muy bien diciéndolo…

-OH Hermione querida! Sabes que lo hago con muchísimo gusto siempre has sido y serás bienvenida donde los Weasley estemos. – extendía una gran sonrisa – Ya estuve hablando con tus papas de cómo has estado todo este tiempo, sé que quisieran compartir más cosas pero la verdad que el permiso que pedí con McGonagall se nos va a acabar rapo si no lo aprovechamos al máximo.

-Si si, nos hablamos por cartas pero necesitábamos abrazarte muy fuerte princesa – decía su padre mientras cogía el delicado rostro de su hija.

-Bueno papa antes de seguir pues mis amigos aun no te han saludado.

-Oh disculpen lo egoísta de mi parte. Señor Potter mucho gusto en volver a verlo, se ve usted muy saludable y ordenado como siempre, que tal.

-Señor Granger es muy gentil bueno la temporada de Quiditch ha hecho que estemos bien cuidados, y… no solo soy yo si no también mi amigo Ron. – “tenía que me mencionarme?” pensaba Ron que empezaba a sudar frio se ponía nervioso el solo pensar que su padre no o aceptara y no le dijera lo mismo que a Harry.

-Oh! Si si  ese deporte tan popular en mundo Mágico, es como el básquet no hija?

-si papa algo muy similar pero con escobas, volando… y… lo dejamos ahí nomás.

-Disculpen si interrumpo pero me gustaría explicarle como es el Quiditch señor Granger – si había un tema que fascinaba a Ronald Weasley y del cual podría pasar horas hablando era eso precisamente: el Quiditch – Bue…buenos Días digo buenas tardes Señor Granger ya es de tarde – Asomo forzosamente en su rostro su mejor sonrisa, no podía sonreír tenía enfrente a su “suegro” y quería hacerlo todo muy bien pero la verdad es que los nervios lo consumían.

- Ha caramba pero es el señor Weasley que tanto me habla mi hija. – el señor miro a Hermione y encontró a una chica que miraba con una sonrisa angelical y con el rostro de un tono carmesí. – Que tal es un gusto también volver a verlo y por supuesto que me encantaría saber más a cerca de ese deporte, usted debe saber! La salud es una de las principales cosas que ayudan a mantener a una persona en perfecto estado y lucidez, no lo había visto hace un rato, estaba sentado?

-Eh… bueno si pero es que me… es que yo… - Ginny se ponía a reír levemente ver a su hermano tan nervioso realmente era graciosos para ella. Pero rápidamente cayo cuando Hermione lanzo una mirada hacia ella para que lo ayudara.

-Bueno señor es que cuando veníamos se tropezó y cayó, creo que le duele la pierna. Buenas Tardes señor Granger.

- La pequeña Señorita Ginebra, usted está muy linda. Y que pena por su accidente siéntate entonces o si desean pueden ir subiendo para hacer sus medidas, eso es más fácil que manejar estas máquinas locas que van volando por todo el local.
Los chicos iban subiendo en compañía de la señora Molly  mientras que Hermione y Ginny se quedaron en la primera planta, esperando a la Señora Jane para que trajera las muestras de un cátalo de vestidos.

-Tu papa parece más amable de lo que nos diste idea eh! Pero… hay que corregir algo… que no me diga Ginebra.

-jaja ay Ginny! A mí también me resulta extraño, pero creo que tal vez el momento lo puso así más sensible.

-es posible Herms.

-Oye! Porque dijiste eso, pudiste haber inventado otra cosa, no que se cayó!

Ambas chicas empezaron a reír. Hasta que vieron a la señora Granger quien traía el álbum. Ambas chicas vieron las fotos, Ginny miraba sorprendida ya que en dichas imágenes no se movían como lo habitual, amabas estaban embelesadas con los modelos, no sabían cual elegir. La señora Molly se unió a ellas y ayudaba a elegir el modelo de su hija y Jane el que usaría Hermione.

Por otro lado el señor Granger decidió empezar con las medidas de Harry anotando cada una en un libro; habían pedido una licencia de uso de Magia por eso el sostenía el centímetro y dictaba las medida a una pluma mágica la cual anotaba. A la vez escuchaba a Ron, lo que le comentaba a cerca del Quiditch y la verdad que le gustaba, el señor entre risas y comentarios le decía al pelirrojo que le gustaría aprender a montar escobas, pero él no sabía que responderle; si si! O si no? Pero desviaba con otros comentarios acerca de los partidos en Hogwarts en los cuales también Harry intervenía con algunos aportes.

-Bien hija ahora lleva este libro a tu papa para que les muestre los modelos de los ternos y corbatas para los chicos. Y bajas para que se prueben los vestidos que tengo aquí.

-Ya mama ya vuelvo.

Subió y no quiso interrumpir ahora veía a Ron de pie con los brazos extendidos hacia adelante y asu padre riendo con lo que le decía el pelirrojo.

-La verdad que si señor fue muy gracioso, pero el estar en el equipo se lo debo a su hija, la verdad que Hermione ha sido una amiga muy gentil conmigo, a veces soy muy testarudo pero…

-Pero ya no. Y yo no hice nada Ron… tus habilidades salieron a flote y Harry supo hacer una excelente elección – Ella sonrió… la sonrisa perfecta para su novio. Él la miró… la mirada más tierna y amorosa para la persona que acepto estar con él. Y el señor… empezaba a sospechar…