sábado, 10 de diciembre de 2011

Osadía de Tántalo y Arpía_cap4

Vane, Dani (Rupemma), Dani, Daniera,Dulce, Marce,Patty, Airlys, Klo, Jann, Aleey y Paloma! Gracias por seguir esta loca historia, en base a mi gran oreja presta a escuchar conversaciones ajenas XDADVERTENCIA: Lemon!
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Fleur no sabía si el bebé era el pequeño rubio Louis o Ronald Weasley, ambos dormían plácidamente en sus respectivas camas, el bebé estaba arrullado con su chupete del cual succionaba con ahínco mientras que el pelirrojo posaba sus manos cálidamente sobre su cabeza y con sus incondicionales gafas de dormir.
Eran las 12:00pm y Fleur tenía que salir a un citatorio más de esos que le demandaban de tiempo, la rubia enfadada con su pareja por la llegada tan tarde de ayer la llevo a alistar a su pequeño y llevársela con ella, de modo que pasea.
Tenían que llamar a esa hora… justo cuando andaba en sus mejores sueños con modelos en islas bellas bebiendo Daiquiris de colores y festejando carnavales a lo loco?
-Flerrbbb – tenía su cara apoyada contra la almohada – Flerbb-logro incorporarse a duras penas y vio que no sonaba el teléfono dl hotel, si no su celular. Fleur no estaba en la habitación por lo que se negó a llamarla de nuevo.



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-Hermione! Es la escusa más tonta que escuche – decía un enfadado Gilderoy por teléfono.
-Gild, ya te lo explique, fue por eso que no asistí al teatro. Además en que te afecta a ti haber perdido dos entradas al teatro del hotel, si no fuiste conmigo al restaurant, eso! Está más caro.
-Hermione… no se trata de dinero. Se trata de que no supiera dónde estabas?
-Ya te dije! Luego de cenar, me fui al hotel! Que no me crees – ella se sentía realmente ofendida, miren que decía la verdad después de tanto tiempo.
-Hermione…- tosió- necesito hablar contigo.-Ella caminaba hacia el balcón de su departamento y se apoyó en la baranda.
-Dime.
-No por aquí, pasaré al hotel y hablaremos.
-¿Cuándo, tiene que ser hoy día?- pregunto bastante incomoda.
-Si… - tocio con más fuerza – es muy urgente.
-¿Estas bien?-preguntaba con una sonrisa en su rostro mientras jugaba con los bodes de la cortina.
-Hermi, te veo a las 8:00 pm, antes tengo una reunión muy importante.- ‘Como siempre’ – pensaba ella.
-Está bien, me alistaré. Y a dónde vamos?
-Al restaurant del hotel. Al BlueMoon.
-Ya. Chau debo atender, están llamando en la puerta.-y colgó
-Te qu… Hasta más tarde – se tumbó en su gran silla en el despacho.
Ella también se tumbó, pero de un salto a su cama y empezaba a cantar desafinadamente sin sentido.
-Por finnnn! Le llegará la hora de estirar la pata! A ese tipo! Y sacare provecho de todos esos 6 años de falsedad.
Mil ideas se le pasaban por la mente, pero solo un nombre. Se giró y volvió a coger su célula que había caído en una de las almohadas. Marco un número impreso en una tarjeta, simple pero adornada de tan altos cargos.


-Si… buenos días…- dijo el pelirrojo con una voz melodiosa y muy fingida, aún estaba con sueño. Que novedad!
-Con quien hablo? – decía la castaña mientras se remordía el labio al escuchar tan hermosa voz.
-Normalmente las personas que reciben una llamada de un número que no registra en su celular, preguntan ‘¿Con quién hablo?. – decía mientras se fastidiaba un poco pero sin dejar esa voz melodiosa y tranquila, se quitaba la venda de los ojos y sentándose en el respaldar de su cama.
-Veo que eres necio y que no me recuerdas ni un poquito, que conciencia la tuya eh. Mire que propasarse con alguien que no se lo permitió – fingía una voz de mujer ofendida, pero retenía su risa.
-No entiendo a qué se refiere… - aun no caía en la cuenta, el buscaba a su mujer por las habitaciones observando que su hijo tampoco se encontraba, intuyo que habrían salido a uno de esos citatorios.
-Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria… Ronald Weasley. Soy Hermione Granger.-dijo por fin la castaña.
-Oh! ¿Señora Lockhart?- dijo bromeando el pelirrojo.
-No! Soy Hermione Granger. – dijo algo molesta pero aliviada de que al fin la hay reconocido – no me recuerdas por lo visto. No tenía intención de llamarte si eso es lo que piensas… marcaba un número y me equivoque en el dígito, adiós – fingía colgar y Ron quien reía.
-Bien, hasta pronto. – colgó.
El pelirrojo se alisto y se fue cambiando, habían pasado unos 2 o 3 minutos de lo que había colgado a Hermione.


-Ese tipo es un idiota! Encima que gasto mi saldo para hablar con él. – estaba de pie cruzada de brazos mientras miraba su teléfono en la cama.. Se paseaba por la habitación y se miraba al espejo una y otra vez. 3…4… 5 MINUTOS? Volvió a marcar el número.
-Si… buenos días.-respondía el pelirrojo que se iba masajeando los pies, mientras estaba con el teléfono en altavoz.
-Ronald Weasley?
-Ya lo sabes, no sé porque preguntas lo mismo una y otra vez.
-Te quiero dejar un par de cosas claras.
-Haber… dímelas.- se paró y fue a lavarse las manos. Ella iba a su closet y jalaba de un lado a otro los percheros que sostenían sus caros vestidos y ropas casuales.
-Primero! No me gusta que me llamen por mi nombre de casada – tenía que mentir, creía que aún no era momento de decir la verdad con respecto a su matrimonio. – Segundo! Una no llama al hombre, debiste haberme marcado no? O acaso ayer no te divertiste?
-Claro que lo hice! Pero lo hice con una mujer ‘casada’- haciendo hincapié en esa palabra- eres casada Hermione, lo recuerdas? No quiero problemas, menos con una persona tan ilustre e influyente como tu marido, belle Hermione…
-Sh! No eh terminado- era ahora o nunca – me gustaría volver a verte.-lo dijo sin más. Estaba nerviosa por si la respuesta seria una negativa, hubo un gran silencio que la ponía cada vez más y más tensa. El por su parte reía triunfal, si había funcionado.
-Bien… pero debo advertirle también unas cosas, señora Lockhart.
-Ah!!!! – Grito ella que tenía sus mejillas tan rojas como un tomate hirviendo.- Que no me llames ‘Lockhart’ mucho menos señora, eso me mo…
-A mí me excita… - lo dijo en un tono muy sensual, que tomó por sorpresa a la castaña, ella se tumbó en una silla frente a un amplio televisor.- Aun sigues ahí…
Ella no respondió por lo que el pelirrojo tomo aire y susurro su nombre tras el teléfono.
-Hermione…me encantaría también verte. Quedé algo intrigado? no terminamos bien la velada de anoche. A ti no te gusta cómo te llamo... pero a mí me encanta cuando me dices Ronald. Normalmente a nadie le dejo que me llame así, pero a ti te concedo lo que me pidas - seductor a más no poder.
-Ronald Weasley deje de seducirme por teléfono que no estoy para perder el tiempo de esa manera! - dijo mientras se mordía el labio de la desesperación, el sabia como hacerla retorcer de ansiedad.
-Señora Lockhart no se moleste conmigo por favor, solo quiero que se dé por enterada que a mí me encanta escuchar ese tono tan... mmm esquicito y único en una mujer con tanta clase con usted. No sabe lo que daría por tenerla cerca de mi otra vez... mmm oler su aroma a mujer, rozar con mis manos esa espalda tan fina y delicada. Usted no tiene idea.
-Eres un descarado Weasley.
-Bien que te gusta.
Hubo un silencio, no duró mucho pero lo que se dijo no fue algo esperado por ambas partes 
-Esto es demente, pero la demencia viene en los mejores momentos… ¿Quisieras seguir hablando por teléfono conmigo?...
-Estamos hablando, que de 'demente' tiene eso?
-No me dejas terminar Ronald! - resoplo - Weasley te propongo continuar hablando conmigo pero... - no podía pero como le dijo el pelirrojo 'bien que le gustaría' - ¿Sexo telefónico? - se sonrojo de golpe, no sabía ya ni lo que decía. Debía estar loca para haber balbuceado lo que dijo.
-Jajaja creo haber entendido lo mismo que 'medio escuche' belleza? Quieres tener… sexo por teléfono?- dijo mientras presumía con un pelirrojo que se reflejaba en el espejo del baño, cogió un peine y cepillo su brillante cabellera – y de qué manera piensas estimularme?
-Bueno… - no sabía cómo comenzar, jamás lo había hecho ella podía ser muy atrevida y sexy, pero todo era cuando la materia estaba frente a ella, no a tanta distancia.-Aun sigo con mi pijama... es corto y color rojo de tiras, es verano y bueno me gusta - dijo mientras arreglaba una de las tiras que resbalaron en su hombro - Estoy en una de las sillas del salón frente al televisor…
-Como es la silla? – dijo el pelirrojo mientras salía del baño como si nada.
-¿Qué?, bueno la silla es amplia con un cojín pero es toda de metal parece.
-Bien… ahora arrodíllate frente a la silla, ¿tiene brazos? – ella respondió con un sí. – entonces continuemos… coloca el cojín entre tus piernas - ella lo hizo – ahora, sostente de los brazos de la silla y frótate contra el cojín, lentamente. – la castaña ya estaba bajo las ordenes de su único amo, Ronald Weasley, obedeció. Ella se movía, frotándose de adelante hacia atrás y él escuchaba soplos de la joven suaves y pausados. Ella llevaba un Bluetooth que llevaba en la oreja. El pelirrojo se recostó en su cama y pasaba a disfrutar de unos minutos de locura con su amiga en el teléfono. Ella se remordía el labio para no pronunciar nombres que no quería.
-Hazlo más rápido – ella ahora mezclaba movimientos entre arriba y abajo, con adelante hacia atrás – imagina que soy yo, que estoy debajo de tuyo – ella bajo su cabeza e imagino que lo tenía frente a él, proyecto su imagen y esa sonrisa tan descarada en él. – hazlo más rápido, quiero escucharte gemir. Imagíname frotándome contigo, siénteme. Tócate las piernas... - ella lo hizo, volviendo a suspirar lentamente - Hermione… vamos cántame al oído – la chica quería romper los brazos de la silla que tenía enfrente, iba más y más fuerte, sentía que su intimidad palpitaba de los susurros de Ron en su oído.
De su frente empezaba a correr una descarada gota de sudor que se escondía entre la abertura de su camisa que usaba para dormir. No podía más, se entraba al límite, tenía que gritar. Imaginaba que el pelirrojo estaba ahí tocándola, estiraba su cuello y el la invadía de besos y lametones. Pero…
-Finnnnn finnnnnnnn – balbuceaba un rubiecito bebe.
El pelirrojo se asustó y casi se le resbala el teléfono de las manos. Rápidamente su pantalón, había estimulado su miembro el cual no sabía ahora con que taparlo ya que tenía un tamaño considerable. La castaña había gemido y gritado de éxtasis cuantas veces él quería, pero no había logrado que ella pronunciara su nombre.
- Ataaa ataaa finnnnn- repetía otra vez Louis

-¿Nos llamamos? Seguro que sí, adiós belleza – susurro el pelirrojo mientras se escabullía en su baño, colgó.
-Ohhhhhhhh! Ro… Ron! – y callo tumbada al suelo alfombrado. – Estúpido… cojín! – maldecía mientras que sostenía el aparato Bluetooth y acomodaba para hablar, recostada en el suelo – Aló??!! Ronald! – pero era en vano, el timbre de llamada terminada estaba sonando.- Oh Dios! Como pude nombrarlo…- su pecho subía y bajaba de lo agitada – Como pude decir su nombre, esto no está bien.
Pero su teléfono volvió a sonar, ella se asustó pero tomo la llamada.
-No vuelvas a hacerme eso Ronald! No vuelvas a colgarme.
-Vaya! Veo que tu estadía en el hotel viene con ‘Hombres de Cortesía’.
-Qué??? – miro su celular y en el identificador de llamadas decía ‘PESADILLA’, se rio pero luego volvió a su semblante molesto - ¿Quién fregados te crees para hablarme así Kennal?
-Oh… ahora se da por ofendida. Ya! No me hagas reír. – Decía el sobrino Lockhart que veía a su tío tras una de las ventanas del despacho – Iré directo al asunto. El maquillaje del balance no resultó.

-Y eso a mí qué? – dijo la castaña indiferente que no caía en la cuenta.
-Como que ‘¿qué?’ tienes que ver. Bueno ambos; estuve hablando con mi tío el tiempo que no estuviste en casa. Recuerdas que él quiso comprar el espacio que ocupa 'Larcomar' para no sé qué construcción.
-Ya. - respondió con fastidio. Mientras se ponía de pie y acomodaba su ropa interior por detrás.
-No puede! Le niegan un derecho. Sabes cómo es de celoso cuando inicia un negocio, supersticioso. No me quiere contar y por lo que lo veo, oculta mucho. Hermione si no solucionamos ese balance estoy más que seguro que mi tío se enterara lo que hicimos.
-Detente! qué manera de despertarme es esta Kennal! - dijo mientras se recostaba en su cama nuevamente, resoplo cansada retomando la conversación - te recuerdo que yo no tuve mucho que ver que digamos en eso ah!
-Me pediste el dinero obtenido que es lo mismo.
-No! no es lo mismo.
-Nos fuimos a Cancún recuerdas? - Dijo enfado y a la vez con aires de seductor. Un tiempo, Hermione tuvo como objetivo a Kennal y compartió más que un título de familia de 'TÍA - SOBRINO'; pero ahora la mira cambia a un sexy pelirrojo que aparentaba presentarle todo lo que siempre quiso en un hombre. Juventud, dinero y porque no? Amor.
-¿¡Nos!? Por favor! yo me fui, tu! me seguiste e intentaste comprarme con tus regalitos insignificantes.
-Al principio no te pareció tan insignificante! bueno a eso no te hablo. Necesito hablar contigo para ver qué hacer.
-Yo no estoy involucrada en eso Kennal, tú y tu inepto hermanito! son los únicos involucrados ahora déjame tranquila que voy de salida. Adiós. - sin más colgó
-Hija de! Esta es una perra astuta, se va a librar de este problema pero que ni crea que todo esto le vaya a salir gratis.

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El pelirrojo salió más fresco del baño y con aquella protuberancia en estado normal.
-¿Dónde está el pequeño Louis? – dijo con una voz melodiosa.
-Sh… Ron, él ya se está durmiendo, le estoy dando la leche.
-Si mon amour, ya veo. Dijo dándole un beso en la frente.
-¿Almorzaste?
-No. Me levante tarde – Fleur arqueó la ceja, como si fuera novedad su prolongada hora de dormir. – Y tú, Supongo que sí o no?
-No. Vamos juntos, te parece.
-Me encantaría ma chérie pero… debo de comprar unas camisas nuevas y…
-Más? Ron ya son demasiadas en estos meses hemos gastado más de lo que debíamos.
-Tu no quieres que me contrate el señor Lockhart ¿verdad?. Fleur si uno quiere ser grande debe dar a entender esa imagen. No puedo andar con la misma ropa todo el tiempo.
-Si quieres que Louis no se mate de hambre y se quede medio desnudo y sin pañales, debes ser realista y darte cuenta que nos basta y sobra con el pago de esta suite! No era necesario instalarnos en ‘la presidencial’ es muy cara Ronald! – él se giró de pronto al escuchar ‘Ronald’, de los labios de Fleur no salía con la misma intensidad con la que las pronunciaba Hermione, esbozó una sonrisa. Iba a protestar pero la rubia continuo.- ¿Que acaso no piensas en tu hijo? Ron – respiro profundo, se puso de pie con el bebé en brazos – Amor… necesito que pidas un adelanto, se que te darán el trabajo.
-Fleur! Cuantas veces te repetiré, no puedo andar mostrando compasión pidiendo préstamos, yo no soy así: Ronald Billius Weasley jamás, óyelo bien jamás se arrastrara por dinero.- lo dijo evitando perder la paciencia, esa rubia era tan bella como desesperante.
-Ron, solo te pido que hagas lo que hagas? No tardes – meneaba al niño en sus brazos para que botara su eructo – ¿Que harás hoy?
-Lo que hago todas las noches Fleur… tratar de conquistar el mundo… - y le mando una sonrisa sexy. La rubia no pudo evitar reír, dejando atrás la pequeña pelea que habían tenido hace unos minutos.
-Iré a recostar al bebe y me bañaré. Parece que quiere balbucear ‘Delfín’, pasamos por el acuario del hotel y todo el rato decía ‘Fin fin fin’ le gustó mucho, ojala podamos aprovechar que es viernes para salir los tres que te parece – dijo mientras se dirigía al pequeño cuarto del bebe.
-Hablar por teléfono – dijo en voz baja mientras miraba esperanzado la pantalla de su iPhone.
-¿Qué dices amor? – dijo mientras se acomodaba la blusa, luego de haberse quitado el saco.
-Voy a hablar… hablar con los encargados de mi reclutamiento. Ayer tuve una cena muy interesante con los agentes de Lockhart.
-Bien… me gustaría acompañarte. Que te parece si llamo una niñera para que cuide al bebe, asi nosotros podemos… - y empezó a ensortijar sus largos dedos entre los cabellos pelirrojos de Ron.
-Mon amour, me temo que eso no será posible – dijo mientras besaba en la frente a la rubia, ella le devolvía un gesto de incomprensión – si, imposible. Como crees que te voy a llevar?
-Simple, me llevas y me presentas – se soltó del pelirrojo y cruzo los brazos.
-Oh si claro… ‘Buenas noches señores, les presento’ como decirles: ‘la madre de mi hijo, que no es mi esposa. Es la ex esposa de mi hermano mayor. Claro es que un viaje nos unio no solo en destino y asiento si no en la intimidad. Ojala y esta noche me puedan adelantar parte de mi sueldo porque esta hermosura pretende que lo que me den ayude a salir del ahogo de deudas en las que nos metió el juicio del divorcio’ te parece bien? Porque si es así, alista un vestido y vamos!

El silencio se hizo frente y Fleur antes de retirarse furiosa dejo que él, no su novio, su pareja, su amante, que ahora era una persona mala, muy mala e injusta con ella; viera una lágrima corriendo por su tersa piel. Ron se abstuvo de palabras y solo levanto las manos para volver a sujetar a su rubia compañera para que no se fuera, ella forcejeó y zafó dirigiéndose al baño.

-No te rogaré… - meneando su cabeza cogió el celular y cerrando la mampara salió al balcón y marco un número que de ahora en adelante se convertiría en su número telefónico preferido además del de su cuenta bancaria.

Velas aromáticas a media tarde que más podría significar, un relajante masaje eso sí que la haría sentir mejor. Las manos mágicas de una oriental mujer manejaban a su antojo la fina espalda de  la chica. La felicidad plena a veces puede ser una fantasía, esta vez no sería la excepción.
-Señorita…su celular está sonando, le habían advertido al ingreso que está prohibido que el móvil este prendido.
-Hey… - la voz de la joven castaña salía por el orificio de la cabecera en la camilla – solo pásame le Bluetooth si? Estas aquí para darme masajes no para darme indicaciones - la masajista dudo en hacerlo porque estaba a punto de colgar la llamada, pero busco aquel aparatejo porque la castaña comenzaba a chasquear los dedos. – ya!... listo. Buenas Tardes, Hermione Lockhart. – la castaña cogía una toalla y se la coloco sobre los bustos.

-Ah… no que no te gustaba ¿qué de dijeran ‘Hernione Lockhart’? ahora lo haré con más gusto. Buenas tardes señora, la noto muy relajada.
La cara de la joven mostraba todos los colores posibles y existentes.
-Retírese por favor – la masajista hizo una venia y se fue – cállate Ronald. Estoy en el Spa de mi hotel. Tú que haces, me dejaste colgada en la mañana.
-Oh belleza perdóname, es que mi recordatorio sonó y bueno salía para una reunión de urgencia.
-No, esa no es una buena excusa. Ahora pagaras por ello, tenía pensado ir a tu reunión de hoy en la noche, pero por dejarme con las palabras en la boca, estas castigado. – reprimía risas mientras esperaba que le respondería el pelirrojo.
-Mientes, estoy seguro que no te deje con palabras en la boca solamente, sino también con gemidos y deseos que yo este a tu lado, o me equivoco.- ambos jugaban con fuego y en cualquier momento se podrían quemar.
-¿Ron con quien hablas?-la rubia salió de la ducha silenciosamente, estaba junto a él con su bata y cabello mojado. El pelirrojo se sobre salto y tapo la bocina de su celular.
-Shhh… es Lockhart – y por supuesto que hablaba con Lockhart, pero la supuesta esposa – Dame unos minutos ya voy para adentro – la rubia salió dejando a su compañero sudando frio y con una explicación pendiente – ¿belleza? Aún sigues ahí.
-Si – estaba celosa? Indudablemente había escuchado una voz femenina – me vas a explicar? O esperas que te pregunte.
-Mi secretaria. Se de mucha confianza y me llama solo ‘Ron’, no me digas que sentiste celos.
Ella bufó – Ja! Recién te conozco y pretendes que sienta celos? No creas esas cosas Ronald, solo que me extraño escuchar a alguien llamarte así.
-Belleza habla menos y grita más – a lo seductor.
-Ja! Después de esto pretendes que sigamos hablando? Lo siento pero será otro día. Además hoy estoy muy ocupada. Adiós Ronald Weasley – colgó y se echó a reír.
-Hermione Lockhart te equivocas… sé que el destino nos volverá a unir.


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La ansiada hora llego, Gilderoy estaba en una de las amplias áreas del hotel leyendo unas revistas de economía e inversiones. Hermione le había pedido que esperase abajo, ella no tardaría mucho y saldría en unos minutos a su encuentro.
La castaña se dirigía a la entrada del ascensor, pero antes tenía que acomodar su vestido, se giró hacia un espejo que tenía flores en una pared frente a ella. Acomodaba su cabello y el escote del vestido amarillo con apliques dorados que llevaba.

-Arriba o abajo – movía una y otra vez su escote, iba con Gilderoy, por lo que era claro que no quería presumir así que lo subió. Pero luego pensó que la vería posiblemente alguien de su interés, recordó que Ron podría estar allá ‘Pero como voy a ser tan descarada y enfrente de mi supuesto marido voy a coquetear’, ser rio en voz alta de su propia broma mientras volvió a bajar el escote. – Listo creo que te quedas ahí.

El timbre del ascensor sonó y ella aun no voltio. Un hombre bien vestido dentro del cubículo del ascensor arreglaba insistentemente su cabello, no tenía prisa por llegar rápido a su suite por lo que andaba paseando en el aparato de arriba abajo viendo quien entraba y salía del hotel reconociendo a importantes personas y alardeando de su buen vestir y altos cargos. Volvió a detenerse, pero ya no se sorprendía de lo que veía, Dios era tan generoso con el que le brindaba una grandiosa vista del trasero de una mujer muy bien vestida y por las piernas tan lozanas deducía que era muy joven. Ella estaba inclinada viendo que tenía en el rostro, él joven no podía retener en su boca el alago que tenía preparado así que lo soltó.

-No creo que puedas tener algo extraño en el rostro, bella mujer. Mejor apura en subir al ascensor porque se quien esté esperándote no creo que note algún error en ti ma chérie.

Ella aun sin darle la cara al joven en el cubículo.
-No puede ser...  


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