Lime-Spamfic con 2 vistas en cada capítulo, los hechos de Ron y los de Hermione, espro que marche bien ya que los capítulos los publicaré seguido porque recompenso la larga espera sin atenderlas.
Si eres ambisiosa(o), siempre estas al pendiente de mas y mas! Lo tuyo es el movimiento astuto y las cuentas bancarias hasta el tope, los fines de semana hasta morir, engreirte de la manera mas egocentrica posible, recibir cheques con muchos ceros y los interminables paseos de compras, champane o wisky, un buen vino y la infaltable noche de sexo... Hecho con amor, muchas noches y humor con sarcasmos... Bienvenido seas!
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Dedicado a todas mis 'osadas!' seguidoras y amigas. TODAS♥
El mundo es un escenario donde todos los hombres y mujeres son unos verdaderos actores, así que prepárense porque verán de los mejores actos de ambos bandos librándose de sus responsabilidades con tal de saciar el hambre por obtener no solo una buena porción, si no todo el pastel.
-Ron, Ron, Ron despierta!
-Dime mon amour – el pelirrojo se tallaba el ojo mientras los abría lentamente y se estiraba bostezando como un príncipe que había sido interrumpido en su siesta.
-El bebe, Loui. No duerme y sinceramente el día de hoy fue agotador. El abogado insiste en un citatorio con Bill para concretar lo del divorcio. – el bebe lloraba cada vez más fuerte y por dentro Ron maldecía el hecho que su hijo llore tanto y que su madre, Fleur, no lo calme.
-A ver… páseme al mon petit bébé. – el pelirrojo cargo por un momento al chitiquin quien era tan rubio como su madre, se le notaba en aquellos pocos cabellitos que se hacían ver sobre su blanquecina cabecita.
No era que odiara a los niños, él amaba a su hijo por el simple hecho de ser su hijo, además! Estaban en la situación que vivían por justamente por haberse quedado él y Fleur con él bebe en vez de su hermano Bill. Cuando nació el pequeño y aún vivía la rubia con el hermano Mayor de los Weasley, Bill su aún esposo, decidió ponerle Arthur. El mismo día que nació el pequeño, Ron fue a ver a su en ese entonces amante y comento que sería muy inusual, por no decir horrible que su hijo se llamara como el papa de su conviviente: Monsieur Delacour. Arthur lo dejaron como segundo nombre al escuchar Fleur como el pelirrojo daba un discurso sobre la belleza del nombre Louis. “Será como nuestro rey” y así sin nadie presente en esa habitación de la clínica ambos se dieron un beso de complicidad.
El pequeño empezaba a enrroscar sus rollizas manitos en la camisa nueva del pelirrojo, cosa que lo molesto.
-No petit! – el bebe balbuceaba inocentemente hasta que su padre cogió su manito y le iba arranchando lentamente el cuello de su camisa. – No, no, no. Fleur llévatelo por favor. Oh Dios esta camisa es carísima. – se iba al baño de esa suite presidencial y empezó a hablar mientras la rubia atendía al bebe a ver si tal vez le hacía falta un cambio de pañal.- Mon amour, a este paso es pequeño rey me va a dejar sin camisas eh.
-Que exagerado – exasperaba Fleur mientras ya rápidamente volvía a subirle su nuevo cambio. El niño necesita juguetes y la última vez que estuve en el departamento de casada pues solo me dio tiempo de recoger lo esencial del niño.
El pelirrojo ahora salía del baño con su pijama y unas almohadillas para los ojos, listo para descansar.- Pues mañana estaremos muy ocupados comprándole bellezas para otra belleza pequeño – cogía las manitos del bebe que se iba aferrando al dedo índice de Ron – si… para ti! Y solo para ti petit Louis. Eres un rey y por lo tanto tienes que vivir como rey.
-Si! Claro mientras que en menos de 1 mes nos estaremos hundiendo en deudas no? – sonaba hastiada la rubia. – Ire a darle de tomar leche al bebe, lo recuesto y vengo. Y hazme un favor.
- Dime ma chérie. – Fleur entornaba los ojos, detestaba que Ron hable en francés y tomara todo a la ligera, aunque eso era lo que le llamo la atención y termino engatusándola.
-Apaga tu música cantonesa cuando vuelva si?, me parte el cerebro tener que escucharla usa el iPhone que te regale hace un tiempo.
-Bien ma chérie, no quiero más peleas por esta noche así que… haber! beso para el rey – y así beso la frente del pequeño. – Vaya con su bella mami.
La rubia ya había cruzado la puerta así que el pelirrojo exhaló cansado diciendo.
-Dios mío! Que mujer eh! Que mujer! – se colocó solamente los auriculares del iPhone que estaba guardado en su mesita de al lado y aun sin ponerse las gafas para dormir, decidió leer un poco de noticias por internet en su teléfono.
“El exportador de petróleo, Gilderoy Lockhart solicito una suma de dinero para concretar los últimos temas tratados en la alianza de Perú con Alemania.”
-Interesante…
“Los sobrinos en poder de Lockhart, quienes laboran en las industrias mineras como su padre. Afirma su regreso al Perú para capturar a profesionales como quien dice ‘recién salidos del horno’ con la finalidad de llevarlos a demostrar sus habilidades en un workshop en Alemania. Esta eminente y transnacional familia no podría venir sin su bellísima integrante la señora, o como ella prefiere, señorita…”
-Ron! Te estoy hablando! - Fleur le arrancaba de a una los auriculares
-Ma chérie! Que susto me diste, no lo hagas otra vez sí? – le hablaba muy cariñoso y dejando aquella historia de empresarios tan ilustres que llegarían al país.
-Te estaba diciendo que ya por fin durmió, le dio hipo por eso demoré, pero creo que ya le pasó.- giro su vista hacia Ron mientras entraba a la cama y veía como el salía en busca de unas cremas.
-Mon amour, cremas con esencia de durazno. Exquisita fragancia para mimar a mi princesa Delacour…
-Gracias amor… - la rubia se sentó al borde de la cama y el arrodillado retiraba los cabellos largos hacia adelante. Antes de echar la crema empezó a darle besos y rozar con la yema de sus dedos su fino cuello, ella cerraba los ojos mientras el frotaba la crema entre sus manos y luego las untaba en su cervical y hombros, masajeando levemente la zona.
-Mmmm lo haces magnifico Ronald.
- Magnifique! Fle… - y no podía ser mejor? Se podía escuchar a cerca en el cuarto del bebe en ese hotel, los llantos descontrolados del rubio chiquito.
-¿Amor vas tú?
-Oh! No sabes cuánto me gustaría pero debo descansar… y tú sabes que yo…
-SH! Cállate! – se acomodó su bata y salió en busca del bebe – hace un rato no parecías cansado.
El solo dejo la crema a un lado y se dispuso a ir a una mini cocina en su habitación; era un suite presidencial por lo que tenía de todo – Definitivamente no eh nacido para la vida familiar.- Meneaba su cabeza mientras se llevaba bocados de helado y se quedaba lamiendo hasta la última gota de sabor vaseada en aquella cucharita.-Esto esta delicioso un manjar hecho helado 'Selección de Donofrio' riquisimo. - hecho un vistazo a su camisa arrugada colgada en un perchero, con algunas manchas de baba de su pequeño hijo. - oh! Gloriosa camisa, lamento que te estropearas, pero no te preocupes mañana te usaré para cargar a mi hijo de nuevo, me consentiré e ire a comprar ropa nueva.
Hambriento al gasto! parecía que su nombre era Tántalo Weasley, aquel dios que anteponía hasta antes que su propio hijo, a sus 'necesidades' primarias, como era el alimento y buen vestir.
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Si bien es el destino es el que baraja las cartas, deben saber ustedes que nosotros somos los que jugamos la gran partida.
A eso precisamente venia Hermione Granger; no había nada legal o religioso que la uniera al magnate Gilderoy Lockhart, solo estaba de por medio el qué dirán. Ella era joven cuando se “enamoro” platónicamente del hombre empresario, él está atado a un mal, que luego de su matrimonio ella se enteró. Él le concedió la libertad con tal que se quedara a su lado, como una amiga incondicional? Ella acepto. Pues podría sacar un lugar donde vivir, viajes, ropa y la misma vida que cuando estaba casada; solo que ya no había vida en la cama, ni mucho menos trabajo en las distintas distribuidoras como lo hacía a sus 20 años, edad en la que entro a trabajar en la cadena Minera y Petrolera LockWorld.
Su vida se ‘pudrió!’ como decía cuando los padres de los jóvenes sobrinos de su ex esposo murieron en un accidente aéreo y quedaron a cargo de él. Ella nunca logro congeniar con los chicos que ahora tenía la misma edad que ella, 27 años. Decían que era una interesada y que lo dejaría sin un billete para comprar fragancias Hugo. Y bien que tenían razón, Hermione era eso y más!. ‘Gild’ como llamaba la castaña a su ex esposo, respondía a ello con un ‘la quiero’ ‘es fantástica’ ‘dense tiempo para conocerla’, pero nada funcionaba porque habían pasado 7 años y nada, absolutamente nada, sus relaciones familiares iban de mal en peor.
-Yo aun no entiendo porque la trajiste. – dijo Toby, uno de los sobrinos.
-Sí, no hace nada aquí y en este país no saben mucho de tu relación tan ‘extraña’ tío – agregaba Kennal mientras descolgaba el teléfono del avión.
-Chicos, no empecemos otra vez. Les explicare rápido y breve que ya estamos por llegar, así que Kennal no hagas más llamadas a Hermione y déjala descansar, sabes que los aviones la marean por las alturas, ella debe descansar.
-Bah! Y bien que disfruto la borrachera que se echó en la Torre Eiffel hace unos días. – se quejaba Kennal
-Hermano, te equivocas esta vez. La paso terrible, cuando se asomó a la barandal empezó a….
-Señor Lockhart, ya está aterrizando el avión. Llamaron del aeropuerto e informaron que mandaron a uno de sus agentes para avisar que no dará declaraciones a la prensa, porque esa indicación la dio usted antes de salir de Rumania, ¿es correcto señor? – preguntaba una nerviosa azafata del avión.
-Correcto señorita, bien chicos. Hora de bajar, iré a despertar a Hermione. y no más comentarios del asunto, está claro?
Los jóvenes asintieron y bajaron del avión con unos tipos de seguridad se dirigieron a la limosina fuera del aeropuerto. Gilderoy intentaba despertar a la castaña pero ella estaba en un profundo sueño con las pastillas que le habían dado, por lo que el llamo al chofer para que fuera hasta una parte prudente y cubierta para que la prensa no la viera en ese estado.
Llegaron a su mansión, la cual se conservaba bien por el constante mantenimiento que hacían, Hermione era de las chicas de sueños profundos y tranquilos. Si en estos momentos habría un terremoto de 8.5 de seguro no lo sentiría. Pero además Gild siempre le daba pastillas para dormir cuando viajaban en avión, algo que ella detestaba pero era la única forma de estar tranquilo en pleno viaje, tenía un temor insuperable a las alturas.
Ya era de noche y los 3 hombres de negocios estaban sentados en la mesa degustando un delicioso caldo criollo que les había antojado hace tiempo que no andaban en Lima - Perú. Hermione en su habitación se cambió con una elegante bata y bajo fastidiada por el olor.
-AG! patasca - era una de las sopas más grasosas y horribles según ella, no entendía como su ex esposo podía tragarla - wag! hasta pareciera que me dan nauseas de embarazada. - refunfuñaba mientras bajaba las escaleras dirigiendo al comedor.
-Hermi, linda ven para que comas. - Gild también llamaba por diminutivos a Hermione, además ellos habían entablado un tiempo de amistad antes de ser novios y comprometerse. y contando el tiempo de amistad también fuera del matrimonio, prácticamente por el lado de la castaña NO HABIA NADA! solo amistad.
-Eh... No gracias. No se me apetece nada ahora.
-No es eso ¿verdad hermanito, tú qué crees? - dijo Kennal
-Bueno, que la patasca le parece repugnante por el simple hecho que le hace subir 0.00005 gramos y hace que le salga barritos en la cara. Eso pasa! - ambos se reían mientras daban sorbos a su interminable sopa.
-Chicos! - miro a Hemione y dijo - ¿segura que no deseas? mira que hace tiempo no comemos nada de aquí y todo lo que prepararon los muchachos pues esta delicioso - miraba al personal de servicio - muchas gracias, ustedes como siempre con sus manos sagradas!
Los cocineros y ayudantes sonreían y agradecían al señor Lockhart con un apretón de manos.
-No, pero gracias por ofrecerme, buscare algo en la nevera a ver si se me pasa un poco el mal sabor.- Y dicho esto se dirigio a la gran cocina y saco unas brochetas de salmón y las coloco en una bandeja, pero lo pensó mejor y decidió comenzar con su común fastidio.
CRASH!
-Gilderoy! Gilderoy! Gilderoy! - Hermione lo llamaba desesperada y manchándose un poco con la salsa para dramatizar y se cayó al suelo como si de verdad se hubiera resbalado.
-Oh! Hermi que te paso? - los hermanos salieron a ver que de nuevo le había pasado a la delicada y cándida de Hermione Granger, se pararon en el marco de la puerta de la cocina, mientras que personal de servicio ordenaba el gran desorden causado.
-Creo que aún sigo cansada, soy una torpe. Saque la bandeja de salmón y sin darme cuenta resbale y bote la salsa... con lo que me gusta tanto... - ponía pucheros mientras intentaba sobarse la cara de las lágrimas de cocodrilo que tenía. - lo siento ya malogre tu cocina. Soy una torpe.
-Sí que lo eres. - mascullo Kennal quien provocaba risas en su hermano menor. Hermione lo fulmino con la mirada, que no pudo ver el empresario ya que también había volteado a susurrar 'luego hablaremos'.
-La que te espera hermanito - le dijo Toby palmeando y regresando a su mesa. Kennal decidió quedarse un poco más a ver que seguiría luego de aquel teatrito.
-Hermi, para eso estoy ¿no?- la ayudo a pararse. - vamos! te invito al BlueMoon sí.
-Oh!!! ¿En serio? - luego miro por detrás del hombre del señor al joven sobrino que la miraba con cara de desprecio. - Me encantaría pero...
-Por ellos no te preocupes, me entenderán.
-¿Qué? Tío teníamos planeado esta noche, te dije que me gustaria ir a comer afuera.
-Pues si quieres comer afuera vente con nosotros.
-No gracias! Yo con esta no salgo a ningun lado.
-Kennal! no le hables así a mi espo... - Hermione hablo desmesuradamente los ojos y lo miro. "Que acaso este viejo loco no se acuerda que él y yo no tenemos nada"- lo siento... no le hables así a Herminone.
-Ja! - cruzaba los brazos y se reía irónico. -Ves tio! tu estas que babeas de amor por ella y esta! solo se interesa en los presidentes que traes en tu billetera.
-Suficiente! no voy a permitir que me sigas insultando! - miro a Gilderoy decidida, había considerado la idea hace mucho, pero quería esperar un razón contundente para irse de la casa de los Lockhart, de cualquier país donde se encontrasen. - Gild, lo eh pensado mucho y me ire a vivir a otro lado.
-Pero... pero... Hermione esto se puede arreglar como otras veces.
-No querido, lo siento pero esto ya no tiene arreglo. Es evidente que tus sobrinos no me toleran y bueno es 'extraño' que tu amiga viva en tu casa. Te seguiré visitando, de eso no te libras - Kennal entorno los ojos. - Pero necesito mi espacio.
-Pero como vas a vivir, aun conoces la cuidad. Con que dinero vas a pagar alquiler de una casa, la comida, tus ropas que tanto te gusta comprar....
-Gild, con mis ahorros. Puedo sacar dinero de a poco y bueno... - fingía caras de pobrecilla y que sientan compasión por ella mientras sollozaba. - no viviré en una casa, me mudare a un hotel.
-Hermi...
-Gild, está decidido. - y dicho esto se fue a su habitación a hacer sus maletas, aunque ella sabía que algo bueno sacaría de esta situación. No se pensaba ir sin nada en las manos.
-"Tía" Hermione se va! - empezaba a aplaudir y apoyaba sus manos en la mesa mientras su hermano se atragantaba con la gaseosa que había tomado.
-¿Que paso?
-No escuchaste todo lo que me dijo, que se sentía ofendida y no sé qué más, bueno pues simple. No me aguanta, ni a ti tampoco. Y se va! así de simple.
-Pues yo no creo que sea así de simple, conociéndola...
Kennal se había puesto a pensar en lo dicho por Toby, era muy razonable lo que decía. Ella no era de las que se quedaba conforme con poco, Hermione Granger era una Arpía. No era mala pero era capaz de destrozar a la persona que le arrebatara lo que ella consideraba necesario y justo, no era de buena familia, por lo que siempre se había maldecido que la vida le había dado belleza, buen cuerpo, buen hablar, inteligencia, salud, amor... pero nada de dinero.
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