domingo, 2 de octubre de 2011

LADRON DE CORAZONES_cap9

CAPÍTULO: "DESCANZA"

Logan estaba sentado esperando que apareciera Hermione, quien sigilosamente se había ido de la sala para atender una llamada pero ya se estaba demorando mucho.

-Creo que no será bueno que hables con el papa de Ginny ahora, espérate a que les diga que bueno se tome un descanso y pasas ¿sí? Pediré ayuda a Logan.

-Bien. Yo espero, pero por favor… no te tardes, necesito verla…

Hermione entendió esa mirada de necesidad y amor, mucho amor en los ojos. Y dio encuentro con Logan quien se levantó de un salto al verla. Le conto a su amigo lo que debía hacer mientras ella se llevaba al señor Jamie; Logan comprendió y dio encuentro con Harry. La castaña y el padre de su amiga fueron a la Cafetería de la Clínica, si los gemelos se hubieran quedado más tiempo hubiera sido difícil el labor pero para su buena suerte salieron a hacer unos trámites de su empresa.

Los chicos de cabello negro entraron a la habitación de la pelirroja, Harry vio tubos de respiración y un gran vendaje en la cabeza de su ex novia, un gran bulto de gasas cubriendo su frente, y una máquina que controlaba su ritmo cardiaco, cada ‘BIP’ de esa caja de la cual dependía la vida de Ginny, le dolía fuertemente en el corazón.

-Te esperaré afuera, tienes la bata puesta… solo me dijeron que vas a dejarla en la siguiente puerta al salir a la derecha. Y así no te vera el Señor L’Oreal. – dicho esto Logan salió.

Harry solo se limitaba a contemplar el rostro más palidecido de lo normal…pero… que más daba, quería aprovechar todo minuto todo segundo intentando recuperar tiempo perdido, sostenía su mano caída y sujeta a un suero. Sintió que alguien se acercaba al cuarto por lo que se metió a la ducha del baño y mando mensajes a su amiga.

-‘Estoy con Ginny ♥, gracias’
-‘Harry no me cuelgues, quiero hablar contigo’
-‘Discúlpame. Estoy en el baño, no puedo hablar… cuando los docs. se vayan, te marco. Ahora anda con Arthur. Te necesita J
-‘Bien, cuídate y márcame luego’

La castaña como siempre atenta con las personas que le interesan, llevaba una bandeja en mano con café jugo y unos bocados de la panadería.

-Hola… Imaginé que no habían comido nada así que les traje esto. - Bill sin pensarlo dos veces cogió panecillos y un jugo de durazno que había en el azafate.

-Señorita Hermione usted se toma molestias que no debería.

- Artie coma por favor, tú también sírvete con confianza – y así regalo una sonrisa sincera al señor Weasley y su hijo. – OH! Disculpa. No me presenté, soy Hermione Granger – extendió su mano y así la estrecho con la del joven pelirrojo.

-Boll Woslai – decía con la boca llena – moy delicioso, gracias Hermione.

Hermione solo reía ligeramente y asentía diciendo ‘no es nada’.

-Mi hijo quiso decir Bill Weasley. Y bien… como sigue la señorita Ginny.

-Oh… bueno pues Harry me dijo que me hablaría para saber si se quedaría o saldría ya de la habitación. Ginny aparentemente está estable y…

-Papa. Ginny… Ginny mi prim…

-Sí, hijo. – Arthur agachó su cabeza, aun no podía procesar lo que sucedía y noto incomodidad en su hijo – Bill ¿te encuentras bien?

-No papá, iré al baño, disculpen. – y casi a pasos agigantados salió de la salita de espera, frente a la habitación de Ron.

-¿Su hijo… estaba extraño?

-Nada señorita… necesita privacidad, es todo. Creo que también es la preocupación y el viaje.

-Cierto, su familia está en Texas ¿verdad? – ambos se acercaban a la ventana rectangular cubierta con persianas entrecerradas mostrando a un pelirrojo recostado con el cabello hacia atrás, con un semblante pálido, unos tubos ligeros que ayudaban  a su respiración, unos parches que controlaban sus movimientos cardiacos. – Ah de haber sido difícil esto, ustedes en donde se encontraban?

-En un restaurant, fue muy extraño mi hijo estaba con un humor impecable y de ánimos altos, más que los otros días pero al atardecer casi para salir de ahí, se empezó a sentir triste, sus ojos se pusieron llorosos y de pronto cayó al suelo, decía en susurro que  no se quería morir y que aún tenía muchas cosas que hacer… fue muy doloroso y extraño.

-Wow… es algo que no había escuchado antes, se ve que su respiración es aun pesada, pero pausada – lo abrazo – todo va a estar bien. Quiere ir a la capilla así rezamos por Ginny y por…

-Por Ronald, le decimos Ron. – se giró para el vidrio y puso sus manos sobre él. – es un sol de hijo, ya está terminando su carrera de medicina es un excelente alumno e hijo. Tenía ofertas para venir aquí a trabajar con tu padrino, el Doctor Black.

-Wow! Sí que Ron es un chico prometedor… va a ver como Dios nos escuchará y dará las fuerzas suficientes para vencer esta situación – vamos. – y así los dos se dirigieron a la capilla sin darse cuenta de lo que sucedía tras de ellos. Como si hubiera sido reflejo, las plegarias de Hermione traspasaron los vidrios llegando a los oídos de Ron quien por reflejo abrió los ojos por primera vez, reconociendo el lugar donde se encontraba.

En la habitación del pasillo paralelo una joven pelirroja respiro de golpe  asustando por completo a Harry. Abrió los ojos rápidamente dándose cuenta que no estaba sola en aquella habitación….

-Ha… Ha… rry… Harry…

-Shhh… Ginny mi amor, estoy contigo – acaricio sus mejillas ya que era la única parte descubierta -  estaré aquí contigo, cuidándote, sh sh sh… descansa… - Ginny movía suavemente su mano, en búsqueda de la de Harry, él la vio y la sostuvo con delicadeza, sentándose junto a ella hasta que quedara dormida.

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-…Cuida a Ron, es valiente y sabemos que va a pasar estas pruebas porque te tiene presente, porque cree en ti, él es grande de fe. Ayúdalo, sánalo y sana los corazones de Su padre, su madre y hermanos. Amén

Salieron de la capilla y volvieron a la salita de la habitación de Ron. El pelirrojo sintió movimiento e intento levantar su cabeza, llamando la atención de su padre quien no pudo verlo porque hablaba por teléfono, Hermione pudo ver movimiento en la cama del chico por lo que se acercó a la ventana, apoyando sus mano e intentando ver algo por las persianas.

-“Ella…” – pensó el chico abría mas los ojos con la cabeza girada en dirección derecha y Hermione se acercaba más para aclarar su visión ya que las luces en el cuarto eran tenues y las persianas entreabiertas no ayudaban mucho a la buena visión. El detalle es que la vista de la habitación hacia afuera si era clara, muy clara de hecho ya que el pasillo estaba con los fluorescentes dejando ver los claros ojos de la castaña y su cabello perfecto sobre sus hombros – “Ella es… la chica de los ojos hermosos… la de la tele” – imágenes de aquella vez que la vio tras la pantalla del televisor pasaron en su mente y cansado por los recuerdos se dejó caer en la cama nuevamente, cerrando los ojos y soñando plácidamente esa madrugada.

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