sábado, 16 de junio de 2012

Osadía de Tántalo y Arpía_cap5

Después de mucho tiempo ¿no? disculpen por favor.
Para Sophia Grint, que es linda y paciente.
Disclaimer: Respeten la creatividad o mínimo den créditos por tomar las historias publicadas en este su humilde blog romione+grintson. Los gloriosos personajes son creación de JoRow. mi trabajo es reacomodar, retorcer y presentarselos.
¡BIENVENIDOS!
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Hermione se giro y pudo comprobar lo que se le pasó por la mente
- No me digas, que ahora me persigues Ronald Weasley?

El pelirrojo detuvo el ascensor y se apoyó sobre el marco
- Cariño solo huyo de la tentación, despacio....
- ¿Para qué?
- Para que puedan alcanzarme - rió y luego le guiñó un ojo
- Que sarcástico eres, Ronald - le dio unas palmadas en el hombro derecho, mientras entraba al cubo.
- Hago lo que puedo - le volvió a sonreir acomodándose el saco.
Hubo silencio, unos pisos más abajo sonó el timbre dejando ver a una señora de rostro agrio con un gran sombrero rosa, como los de las primas del príncipe William.
- Yo marco, ¿a qué piso se dirige? al casino, buen mozo.
Hermione reprimio una risa cuando vió que la señora, de ropa fina y mal combinada le coqueteaba al pelirrojo.
- Es el piso 20 - agregó la castaña
- Lo sabía, solo que me quedé sin palabras por el alago de esta bella dama.

Hermione rodó los ojos. ¿Será siempre así de seductor y aprovechado?
- Oh querido, pordrías ser mi hijo - rio de manera estruendosa, como si hiciera de las mejores broma.
- Muy afortunado de tener una madre tan bella.
- Dolores Umbrige - tendió su mano al pelirrojo quien abrió sus ojos al escuchar y confrimar su nombre.
- Como no la reconocí, si usted es de Tacama
- El vino Rosé, exactamente.
La castaña escuchaba atentamente la conversación de ese par, sabían de lo que habalaban y ella tambien entedía algo, Gilderoy le habalaba de eso antes de ir a una cena en sus primeros días de buen matrimonio. El ascensor anunció haber bajando los 10 pisos que hacían falta.
- Hay muchacho, sin duda eres un gran acompañante, atiende bien a la señora Lockhart; saludame a tu marido querida.
Hermione tomó atención a las palabras de la señora Dolores.
- ¿Me reconoció? - dijo en un hilo de voz
- Y quien no, preciosa - dijo Ron mientras movia su mano elegantemente despidiendose, apretó el botón de 'cerrar' y otra vez el silencio.

-Crees que haya pensado...
-Es posible, se veía subida de copas, pero no hacíamos nada malo, solo conversábamos.
-Claro.
El teléfono de ella sonó, miró la pantalla y no contestó.
-¿Tu marido?
-No
-... - miró hacia el techo que tenía una vidrio que parecía espejo, paseó su mirada llegando hasta el reflejo del escote de la castaña y rio ladinamente.
-Deja de verme - dijo ella mientras posó sus dedos en su cuello intentando taparse algo.
-No te veía - dijo descaradamente - solo me quedé pensando...
-¿En qué?
-¿Te hospedas aquí? - ella asintió - como no me crucé contigo antes; yo estoy en la suite presidencial.
La castaña lo miraba con el rabito del ojo, tenía el rostro serio, quería mostrarse indiferente pero le resultaba imposible con el hombre que tenía al lado.
-Me escuchaste?
-¿Qué dices? - se giró de medio lado
-En la pantalla de tu teléfono dice 'Lockhart', tu marido te está llam...
-¿Puedes dejar de hablar de él un rato? - Ron la miro, se acercó a ella y la tomó de la cintura
-De que quieres que hablemos
Hermione le dio a entender que no quería hablar con él, lo beso comenzando a delinear su labio inferior de pequeñas mordidas; luego piediendo pase, él indrodujo su lengua arrementiendo en su boca. Ella soltó un gemido bajo y se detuvo.
-Salgamos de aquí, hay cámaras - tomó su mano aún nerviosa, al abrirse el ascensor ella buscó talvez habría una habitación abierta milagrosamente, pero nada, frustrada lo miró y él le dió un beso arranca-suspiros.
A lo lejos un timbre de asencesor sonó
-Señor en los últimos 15 pisos ya revisaron y tampoco está.
-Sigan buscando - tosió fuerte - mi esposa no puede desaparecer, llevo marcándole varias veces y no me contesta.
Hermione miró asustada a Ron y lo jaló hacia una de las escaleras que afortunadamente estaba cerca.
-Ni se te ocurra hablar - le apuntó con el dedo, él asintió divertido
-Ma Chérie, no diré nada que tu no quieras.
-Gracias - le dio un rápido beso en los labios, mientras bajó unos escalones más marcando el número de Gilderoy. En el pasillo se escuchó un timbre que se cortó de inmediato.
-Hermione! - Ron estaba cruzado de brazos, presenciando lo que para el sería un gran cortometraje de suspenso - ¿Donde te has metido? llevo casi media hora buscandote por todo el hotel.
-Hola Gild... - fingio hablar con ternura, mientras rodaba los ojos, estaba de espaldas al pelirrojo; por lo que no puedo ver su cara, no le gustaba que Gilderoy, además de millonario, sea tan afortunado de tener a una guapa mujer como esposa - Amor... estoy con... - se giró y le sonrió al pelirrojo, llegándole una idea - la señora Dolores Umbrige, me dijo que te conoce y bueno... nos extendimos conversando. No la conozco y bueno ella fue la que me reconoció - le mezclaba la verdad con la mentira y Ron sonreía ante su excelente desenvolvimiento.

-¿Donde estás? Voy por tí - ambos se miraron, aún se escuchaba la voz de él y cada vez más cerca, podría estar dirigiendose al ascensor o peor aún a las escaleras.
-No - respondió rápidamente - ya bajo, dime donde estás.
-Es el piso 7 ¿no?
-Si señor, piso 7 - le respondió otro hombre a su costado.
-Bajaré en cuanto termine lo que tenía pendiente - miró al pelirrojo y le guiño. Él se acercó e intentó besarle pero ella lo detuvo colocando su mano en el pecho de Ron - ya bajo cariño.
Gilderoy se emocionó al escucharle decir cariño, no lo hacía mucho, se daba más cuando estaban en público, lo cual era bastante lejana a su realidad ya que ella se negaba a acompañarlo con escusas que se creía el millonario Lockhart

-¿A donde vas, belleza? - murmuró Ron siguiéndola un piso abajo
-¿Por qué me sigues? - giró su cabeza para preguntarle mientras aceleraba el paso por esas escaleras alfombradas de carmesí.
-No respondas con una pregunta.
-Voy donde mi marido - apretó el botón del ascensor del 6ª piso - donde tú no vas Ronald, así que deja de seguirme - se hizo la más digna de las mujeres mientras ingresaba al cubículo dorado. El pelirrojo detuvo la puerta e ingresó.
-Dijiste que terminarías con lo que tenías pendiente... - se acercó provocativamente, el ascensor subiendo y él frente a ella, la acorraló y cuando escuchó el timbre del piso 7 la besó con arranque y celos. Mucho celo.
- Oh! - escucharon ambos que un hombre afuera los estaba observando.
El pelirrojo levanto una mano y tanteando los botones quiso cerrar la puerta nuevamente. La castaña sudaba frío, más por la arremetida de legua en su boca que por temor a ser descubierta por su marido.
Adentró su mano tocando la espalda del chico sobre su camisa, libre de arrugas; él la apretó más y bajó su mano tantenado la zona entre el fin de la vertebral y el trasero  de la chica.
-Eres despampanante - habló sobre besos el chico.
Ella abrió los ojos y lo apartó como pudo, mientras que su respiración era agitada.
La puerta se volvió a abrir y ella asustada vio que se trataba de la ebria, muy ebria Dolores Umbrige.

-La damita y el galán - dijo arrastrando las palabras - que gustísimo cruzarme de nuevo con ustedes - reía sin razón.

La señora los examinó de pies a cabezas.

-Agitados... bueno más tu que él; aunque lo de agitado lo reemplazas por excitado - estalló en carcajada - labios despintados... mmm... se estuvieron besándose. Cuéntenmelo todo, que le dirás a tu marido querida - hipó mientras que seguía riendo.

Ambos se miraban desconcertados, uno pensaba en que por su bienestar y conservar su car bonita, no dijera nada al marido y la otra estaba preocupada por la plata que perdería si soltara la lengua la vieja borracha.

-Eh... Señora Umbrige
-Hey tú! sh! - hizo un gesto de silencio con saliva incluida - no voy a decir nada si eso les preocupa. Son jóvenes... tú - señalando a Ronald - estás soltero y bueno tú - señalando a Hermione - estás casada con un señor te dobla la edad casi. Estas calenturas son buenas en la vida.
Dijo dándoles a ambos unas palmadas en el hombro. El ascensor se volvió a abrir.

-Con un demonio que la hemos buscado y... ¡Hermione! - Gilderoy aparecía otra vez estampándole un beso en los labios - Amor porque te demoras tanto! - cogía su rostro mientras que la castaña maldecía dentro y se asqueaba por el sabor que le dejaba, apartando la delicia que recibió hace minutos.
-Gilderoy! - la señora le agarró los cachetes como si fuera un niño
-Dolores... - sintió el aliento alcoholizado de su antigua socia - vamos afuera.
-Si pero... - Hemrione giró y no vio a nadie más dentro del ascensor.
-Ya se fue damita... - susurraba nada discreta la señora, mientras continuaba riéndose sin razón.

Hermione lamentó no haberle dicho nada.

No se apartó por horror o por plantearse la idea de "esposa infiel, OH! que dirán..." se apartó por otra cosa y necesitaba decírselo.

-Es ahora o nunca - Hemrione vio como Gilderoy llevaba a rastras a la señora que ahora cantaba una melodía de desamores con los pies descalzos. No quiso analizarla más y se fue de ahí.

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